El último 3 de marzo, Víctor Alfredo Decurt Arbulú cumplió cien años de vida. De acuerdo con sus hijos, este centenario adulto mayor que nació en La Victoria, pero que se estableció en el Callao, tenía una curiosa dieta y un estilo de vida que quizás muchos no se animarían a seguir, pero que le ha permitido vivir con una energía única y disfrutar de su familia a lo largo de los años. Sus hijos y nietos le dicen de cariño "papi" e indican que la calma es una de las palabras que más lo identifican.

Don Alfredo tuvo nueve hijos y, por muchos años, se dedicó al planchado de vehículos. A los 78 años, comenzó a ser taxista y mantenía una vitalidad inigualable a pesar de las duras jornadas laborales. Según su familia, el secreto de la longevidad de su patriarca se debe a la importancia que le daba a su dieta, al deporte y a un interesante brebaje que bebía a diario hasta hace no mucho.

Ivy, una de sus hijas, indicó que su padre siempre estaba ingiriendo alimentos que le dieran energía para seguir laborando. Inclusive, cuando él ya había almorzado o cenado, igual se servía frutas. Mientras comía una naranja o un plátano solía decir: "Yo tengo que alimentarme porque trabajo de madrugada".

Sin embargo, una de las recetas dentro su dieta que más llama la atención es la de su batido, que tomaba en ayunas sí o sí desde que era un joven. "Todas las mañanas, en su vaso él reventaba dos huevos crudos, se echaba sal, le ponía un limón y una pizca de pimienta, como para darle gusto. Lo batía con un tenedor y se lo tomaba", recuerda Ivy.

Por otro lado, Ivy también indicó que su padre le daba mucha importancia al deporte. Sin necesidad de ir a un gimnasio o tener pesas, él solo utilizaba un palo de escoba y comenzaba a ejercitarse. Este estilo de vida lo ayudó a sobrepasar los diferentes problemas de salud que se le fueron presentando, entre ellos, la COVID-19, virus que jamás lo debilitó a pesar de su edad.

Fuente: La República